Svartalfheim es geográficamente variada, con hielo y nieve, planicies brillantes y montañas de puro oro, con ríos de lava y colosos. Es una mezcla que crea grandes vistas para recorrer en tu reno o volar usando el nuevo poder para transformarte en un ave.

Esta nueva habilidad viene junto a otras tres, diseñadas para ayudarte a navegar de mejor manera el mapa de Svartalfheim. Una te permite caminar en la lava y mezclarte entre los Muspels, otra te da ataques de hielo y poder caminar sin problema entre los Jotun y la última, te entrega armas con poder de lava y temporalmente resucita enemigos caídos para que peleen junto a ti. Ojo que éstas sólo funcionan en ese reino y no están disponibles de regreso a Inglaterra.

Mientras que los otros DLC no exigían mucho poder, en Svartalheim encontrarás muchos jefes, algunos de ellos con los que pelearás en los primeros minutos con un poder de 500, por lo que si aún no subes de nivel lo suficiente, el juego te ofrecerá un aumento al inicio para poder enfrentar los desafíos de mejor manera. 

Las misiones principales y secundarias son en su mayoría de buscar y recuperar. Todos parecen querer o necesitar algo y tu misión será encontrarlo, lo que a veces significa matar a varios guardias, ya sea con sigilo o en combate abierto.

Una vez más, las actuaciones de voz son geniales, con la voz de Eivor tomando un papel principal en cada conversación, a pesar de que, al igual que en Asgard, tomas el papel de Havi, el sobrenombre de Odin y sus extraños lazos metafísicos con el padre de los dioses quedan explícitos en este DLC, a pesar de que te veas, hables y pelees como Eivor.

En Dawn Of Ragnarök obtienes más de lo que ya conoces, una fórmula que funciona, gratificante y entretenida de mundos abiertos para explorar, que tiene potencial para ser más, pero que es excelente de todas formas tal y como es.