El punto más fuerte de The Centennial Case es su historia. Esta no es la trama más revolucionaria del mundo de los videojuegos, pero es suficiente como para mantener a los jugadores atentos. Hay un buen balance de drama e intriga que te anima a continuar. Las subtramas individuales se presentan bien y los personajes son interesantes y logran formar lazos con el jugador. Los giros son sorprendentes a ratos e incluso, el principal antagonista, puede llegar a parecer simpático. En resumen, es una historia bien escrita.

Desafortunadamente, donde The Centennial Case pierde es en su formato. El FMV es un medio de cuidado, ya que sobrevive en la línea entre juego y película. Con tanto foco puesto en el aspecto del video, este juego habría sido una gran serie, pero como juego, no lo logra.

Los detalles cruciales para resolver el caso no están siempre incluidos como pistas durante la Reasoning Phase. Si los jugadores se pierden de estos detalles o escogen una opción de diálogo que no las presenta, tendrán que volver a ver las escenas para encontrar estas claves, algunas veces de manera repetitiva. Pero debido a que estas no son presentadas como pistas, el jugador no tiene cómo saber si es información crucial para resolver el caso o dónde encontrarla. Algunos personajes incluso omiten detalles necesarios o no los revelarán hasta el momento adecuado.

El juego lanzará triquiñuelas de manera constante. Un escenario en específico, estaba tan convulsionado, que el juego no lograba mantener la historia coherente. Dos, de las cuatro hipótesis presentadas para una acusación eran la misma y llevaban a la misma conclusión, pero solo una de ellas era “correcta” a los ojos del juego. Los personajes aseguraban que la víctima no debería haber conocido un hecho en específico, pero nadie nunca dijo eso en la Incident Phase. Eventualmente, el juego cambió todo al revelar información que un personaje no entregó a propósito, sin ningún motivo. Esta información era vital para resolver el caso, pero no había forma de saber eso hasta el final.

Estos problemas son un resultado directo del medio escogido. Si esto hubiese sido una serie o película, omitir hechos o llevar al protagonistas tras pistas falsas no hubiera importado. Eventualmente, se habría llegado a la conclusión necesaria, incluso si la audiencia no lo hizo. Pero debido a que los jugadores no pueden progresar hasta descifrar la solución, se debe confiar en saltos absurdos en la lógica para hacer acusaciones, en base a información incorrecta o incompleta. El juego no va suave si te equivocas. Deberás ver obligadamente escenas de “game over” que avergüenzan a propósito al protagonista, las que no puedes saltarte y con música cursi, correcciones condescendientes y refutaciones.

Este juego les entrega las soluciones a los jugadores, luego tiene que sacrificar la lógica razonable o la mentira absoluta para evitar que atraviesen en estampida por cada caso. Si esto hubiera sido simplemente una serie, las distracciones utilizadas podrían haber servido como desviaciones que el protagonista habría hábilmente esquivado para encontrar la verdad. En vez de eso, The Centennial Case se siente como una serie que entrega trivias que tienen sólo respuestas equivocadas.