Review: Kristala para STEAM

Kristala es un esfuerzo genuino por reinterpretar la fórmula desde la perspectiva de un estudio pequeño pero creativo.

UN SOULSLIKE GATUNO

En un mercado saturado de RPGs de acción que buscan emular la esencia de los Soulslike, cada nuevo título se enfrenta al reto de encontrar una voz propia sin caer en la repetición. Kristala, el primer ARPG de fantasía oscura desarrollado por el estudio indie Astral Clocktower Studios, asume este desafío con valentía. Lejos de limitarse a replicar mecánicas conocidas, ofrece una identidad marcada por su universo, su estética y una jugabilidad que combina crudeza con misticismo. El resultado es un proyecto ambicioso que, pese a sus limitaciones como ópera prima independiente, logra captar la atención de quienes buscan una experiencia desafiante envuelta en un mundo narrativo intrigante.

Desde el primer contacto, Kristala transmite la sensación de adentrarse en un mundo extraño y peligroso. La ambientación bebe de fuentes clásicas de la fantasía oscura, pero añade matices únicos: Pueblos olvidados cubiertos de raíces, templos arruinados que parecen respirar, y paisajes donde la naturaleza se mezcla con la decadencia. La dirección artística es uno de los pilares más fuertes del juego. Si bien los recursos del estudio son modestos en comparación con grandes compañías, cada escenario busca sorprender al jugador con detalles visuales y atmósfera opresiva. El diseño de criaturas merece mención aparte: Bestias retorcidas, híbridos entre animales y espectros, que refuerzan la sensación de vulnerabilidad constante. No son simples enemigos, sino parte integral de un ecosistema oscuro que parece habitar más allá de la pantalla.

La narrativa de Kristala apuesta por el misterio y la fragmentación, una fórmula familiar para los seguidores del género, pero aplicada aquí con un enfoque que resalta los orígenes culturales del mundo ficticio. El jugador encarna a un guerrero felino, descendiente de clanes místicos que buscan desentrañar secretos antiguos y superar pruebas letales. Esta elección estética, que podría sonar arriesgada, resulta en un punto diferenciador: La antropomorfización felina aporta tanto dinamismo visual como identidad cultural al relato. La historia se descubre lentamente, mediante diálogos crípticos, objetos con descripciones enigmáticas y escenas que sugieren más de lo que explican. En este aspecto, Astral Clocktower logra transmitir la sensación de un universo vivo, donde cada rincón guarda un eco de tragedias pasadas y de glorias olvidadas.

En cuanto a la jugabilidad, Kristala se adscribe a los fundamentos básicos de los ARPG de corte Soulslike: Combate exigente, gestión de recursos y progresión basada en ensayo y error. El sistema de combate, aunque todavía presenta cierta rigidez en animaciones, demuestra una intención clara de fomentar la paciencia y el cálculo estratégico. Cada enfrentamiento requiere medir distancias, tiempos de ataque y oportunidades de evasión. El estudio ha optado por una cadencia de combate más pausada que la de títulos como Bloodborne, acercándose más a la filosofía de Dark Souls, aunque con un énfasis en movimientos felinos que otorgan un matiz ágil. La magia también juega un papel importante, con hechizos vinculados a la naturaleza y a energías ancestrales, ampliando la variedad de estilos de juego.

El sistema de progresión apuesta por la personalización. Los árboles de habilidades permiten orientar al personaje hacia distintos enfoques, desde guerreros centrados en la fuerza bruta hasta místicos expertos en el uso de artes ocultas. La sensación de crecimiento es constante y está bien integrada con el trasfondo narrativo, ya que cada mejora refleja el despertar de poderes latentes en el linaje del protagonista. No obstante, como en muchos proyectos independientes, se perciben algunos desequilibrios en las estadísticas y ciertas habilidades resultan más efectivas que otras. Esto podría solucionarse con parches de balance en el futuro, pero por ahora añade una capa de irregularidad al progreso.

Uno de los aspectos más llamativos de Kristala es su música. La banda sonora combina coros etéreos, percusiones tribales y melodías sombrías que acompañan perfectamente cada sección. La ambientación sonora logra mantener al jugador en un estado de tensión, incluso durante los momentos más tranquilos. Asimismo, los efectos de sonido refuerzan el carácter visceral de los combates: Cada golpe, cada rugido y cada susurro del viento parecen diseñados para recordar que el peligro nunca desaparece.

En el apartado técnico, Kristala evidencia tanto fortalezas como limitaciones. El motor gráfico utilizado logra entregar entornos visualmente atractivos, pero con texturas y efectos de iluminación que, en algunos casos, se sienten por debajo del estándar actual del género. Sin embargo, teniendo en cuenta la escala del equipo de desarrollo, es admirable el nivel de detalle alcanzado. La optimización puede ser un punto conflictivo en hardware de gama media, con caídas de cuadros ocasionales que interrumpen la fluidez del combate. A pesar de ello, el juego sigue siendo funcional y transmite la visión artística sin comprometer la experiencia general.

La dificultad, como en todo Soulslike, es un eje central. Kristala no perdona los errores y castiga la impaciencia. Cada muerte, sin embargo, se convierte en una lección que motiva al jugador a mejorar sus reflejos y a comprender mejor a sus oponentes. Este enfoque, que podría resultar frustrante para jugadores menos familiarizados con el género, es justamente lo que busca el público objetivo: Un reto constante, donde el triunfo tras horas de esfuerzo se convierte en recompensa emocional. Astral Clocktower Studios entiende bien este equilibrio y logra ofrecer una curva de aprendizaje exigente, aunque justa.

El mayor mérito de Kristala es haber nacido de un estudio indie que, con recursos limitados, ha logrado diseñar un mundo creíble, oscuro y atractivo. No se trata de una obra perfecta: Aún requiere pulido en animaciones, balance de habilidades y optimización técnica. Sin embargo, la pasión detrás del proyecto es evidente en cada decisión artística y jugable. Es un título que invita a ser seguido de cerca, porque más allá de su estado actual, proyecta el potencial de convertirse en una saga que evolucione con el tiempo.

En conclusión, Kristala no es simplemente un clon más de Dark Souls o Elden Ring. Es un esfuerzo genuino por reinterpretar la fórmula desde la perspectiva de un estudio pequeño pero creativo. Sus aciertos en atmósfera, identidad narrativa y propuesta jugable compensan las fallas técnicas y lo convierten en una experiencia digna de explorarse por quienes disfrutan de la fantasía oscura y los desafíos. Astral Clocktower Studios ha demostrado con su ópera prima que el género todavía tiene espacio para nuevas voces y que incluso en los márgenes de la industria se pueden gestar mundos fascinantes.

The Review

8.67 Final
9 Others review
8
Historia
9
Jugabilidad
9
Progresión
8
Gráficas
9
Técnico
9
Dificultad

¿En resumen?

Con las mejoras adecuadas, Kristala podría consolidarse como un referente dentro de los ARPG indies, y hoy ya es una carta de presentación que inspira confianza en lo que este joven estudio será capaz de ofrecer en el futuro.