
La historia de los videojuegos pirata
Los juegos pirata existen desde que Atari irrumpió en la industria con su primera consola, la 2600, en 1977.

La inexistencia de licencias para crear juegos en esta consola, llevó a todo tipo de empresas a crear cartuchos para ella. Desde juegos creados por distintas marcas con fines comerciales, hasta juegos pornográficos, para Atari había de todo y fue esto una de las causas de su caída y posterior crisis de la industria.
En 1983, con el lanzamiento de la NES, Nintendo intentó ponerle un freno a los piratas y así evitar un destino similar al de Atari, instalando un chip en sus cartuchos y consolas e instaurando un sistema de licencias que impedía que cualquiera pudiera crear juegos para sus consolas. Pero esto no impidió que los piratas crearan múltiples títulos no licenciados, entre ellos Tengen, la desarrolladora nacida de Atari que creó 17 juegos no licenciados para la NES, como Tetris y Skull & Bones, siendo ambos los cartuchos más raros y codiciados por los coleccionistas retro.
Pero la real explosión de los juegos pirata llegó con la era de los CD, principalmente con la Playstation, cuyos juegos eran fácilmente reproducidos gracias a la masificación de los computadores en los hogares del mundo y el Internet. Ahora, cualquiera con un quemador de CD podía generar todos los juegos de Playstation y PS2 que quisiera, previa instalación de un chip en la consola, labor que por poco dinero podías realizar en cualquier tienda de videojuegos.
Esta locura de la piratería tuvo un violento freno con la llegada de la Playstation 3, cuya conexión a servidores online permitía detectar fácilmente cualquier intento de software pirata, arriesgando así el “brikeo” de la consola. Fue así que Playstation batalló fuego con fuego, lanzando versiones digitales de sus juegos, las cuales tenían un valor levemente más barato que sus versiones físicas. Pero lo que realmente alejó a los piratas de la PS3 fue la imposibilidad de usar los servicios online si tu consola era desbloqueada.
Esta suerte no la corrieron otros competidores de la época, como la Wii y la XBOX 360, las cuales aún representaban un oasis para los piratas, los cuales evolucionaron creando verdaderos softwares de pirateo en el caso de la Wii.
Hoy en día el valor de las consolas y los videojuegos no ha bajado, pero la piratería ha tomado una nueva forma. Por un lado, están los que venden suscripciones a los servicios premium como Playstation Plus a valores más bajos y por otro lado están las cientos de consolas en 8 y 16 bit que puedes encontrar en portales de venta como Ali Express. La facilidad para recrear estas plataformas y lo barato de sus materiales, hacen que cualquiera pueda revivir su niñez con una consola china de 30 dólares, negocio del que Nintendo y Playstation también profitaron con el lanzamiento de sus consolas clásicas en versión Mini.
Está claro que la versión mercado negro de la tecnología siempre va a existir, su triunfo sólo depende de cómo las empresas desarrolladoras de videojuegos y consolas decidan seducir a su público para alejarlos de esta posibilidad.